¿Escuchas el tictac de la pornografía?

Por Juan Ignacio Izquierdo – ReL / 07.09.2021


foto: fightthenewdrug.org

Dos hombres andrajosos y aplastados por el sol se arrastran por las dunas del Sahara.

De pronto, en medio del vasto e inhóspito horizonte, divisan una mesita de madera: se levantan, corren y con indescriptible emoción descubren dos vasos grandes de agua fría en la cubierta; pero se les cae el alma al suelo cuando leen la advertencia escrita en el mantel: «Agua de mar». Se miran desolados y deliberan en silencio. Uno no aguanta, se abalanza hacia su vaso y lo bebe en tres tragos desesperados; luego, viendo que el otro no prueba el suyo, se lo traga también. Se miran otra vez en señal de resignación y siguen caminando, apoyados uno en el otro.

Dentro de nosotros palpita un deseo de intimidad y de ternura tan fuerte como la sed. Vamos por la vida buscando saciar ese anhelo, pero no siempre damos con el agua adecuada. Mientras tanto, una industria millonaria se aprovecha de nuestra necesidad para ofrecernos agua que hace mal a niños y adultos.

La abundancia de espectáculos pornográficos que están circulando por internet, en los que se estruja la sexualidad para quitarle lo mejor (el amor personal, el compromiso, su intimidad) y dejarla solo con sus emociones más brutales, están atrofiando la sensibilidad y desequilibrando los espíritus de millones de personas. La pornografía es una simulación denigrante del amor humano que abarrota la memoria de sus espectadores con imágenes perturbadoras: es mucha agua, pero salada; en lugar de saciar, deshidrata; promete descanso, pero intensifica la avidez.

Y la industria pornográfica va teniendo dimensiones cada vez más tenebrosas: al otro lado de la pantalla, mujeres coaccionadas o maltratadas que se prostituyen; y por este lado, adicciones, problemas psicológicos y corrupción de la sensibilidad en un público multitudinario. Entre los datos que ofrece la plataforma americana Fight the New Drug, encontré uno que nos da una idea sobre la extensión de los tentáculos que tiene esta hidra: en mayo de 2021 en Estados Unidos, los sitios porno recibieron más visitas que Twitter, Instagram, Netflix, Pinterest, y Linkedin juntos.

¿Estamos reflexionando sobre esto en nuestras familias y a nivel país? ¿Escuchamos el tictac de esta bomba de tiempo, que suena también desde los bolsillos de los niños apenas adquieren su propio móvil?

Los amigos percibían la evaporación de sus energías y languidecía en ellos la esperanza. De pronto, a lo lejos, ven un oasis con palmeras y agua fresca. En ese momento, el hombre que había bebido los vasos con agua de mar cayó desvanecido. Su amigo, sin embargo, aun a riesgo de agotar las fuerzas que le quedaban, decidió cargarlo o arrastrarlo hasta esa agua de salvación.

*Juan Ignacio Izquierdo Hübner es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y licenciado en teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma).

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