Pablo J. Ginés - ForumLibretas
01.08.2011
Clasificación: 13 años en adelante 
Título original: Harry Potter and the Deathly Hallows Part II
Género: Aventura
Dirección: David Yates
Distribuye: Warner Bros Pictures
Reparto: Gary Oldman, Emma Watson, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Daniel Radcliffe
Duración: 125 minutos
País: Reino Unido, Estados Unidos
Año: 2011

 

La octava y última película de Harry Potter, diez años después de la primera, ha cerrado la saga con un broche de oro impresionante de 483 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo en su primer fin de semana, batiendo todo tipo de récords globales y en países tan distintos como España y Rusia, México o Japón. A los seis días de su estreno superaba ya los 500 millones de dólares y la Warner Bros lo definía como "un verdadero fenómeno cultural mundial".

 

¿Y cual es el tema de esta historia? El tabú de nuestra sociedad, la muerte. También Tolkien decía que el tema de El Señor de los Anillos era la muerte, pero J. K. Rowling, la autora de las novelas de Harry Potter, ha sido más específica al afirmar que el tema es "nuestras reacciones ante la muerte". Y en esta última película, la más oscura de todas (no apta para menores de 13 años), en la que mueren personajes de primera fila y también algunos secundarios queridos, y en la que los muertos tienen mensajes para los vivos, queda más que claro.

 

Llega el esperado duelo final entre Harry y Lord Voldemort: de hecho, más de una vez. Harry hará un sacrificio supremo, y lo hará porque ha confiado, una y otra vez, y contra muchos indicios, en Dumbledore, y de alguna manera, en sus últimas decisiones. No es el fatalismo, ni tampoco solo el amor, lo que dará fuerzas a Harry.

 

Más allá, recibirá una iluminación sobre la vida, la muerte y la auto-entrega en la estación de Kingscross (la "cruz del Rey"... aunque el nombre original se refería a un monumento dedicado a Jorge IV en el siglo XIX). Y como marcan los cánones, se alzará más fuerte: como en las parábolas, la semilla muere para nacer de nuevo.

 

Igual que Frodo y Bilbo fueron clementes con el mezquino Gollum, y eso al final salvó la Tierra Media, la compasión generosa de Harry con Draco también producirá sus réditos. Harry aprenderá además la verdad sobre las extrañas lealtades de Severus Snape. Y un personaje humilde como Neville Longbotton, un estudiante torpón y poco popular, demostrará que el destino (y los corazones valientes) produce héroes insospechados.

 

Habrá quien disfrute mucho con la batalla final: las hordas del malvado Voldemort contra el castillo Hogwarts, que se alza en rebelión, profesores y alumnado unidos. Pero cinematográficamente parece que se vean forzados a una gran batalla mágica porque también la hay en las películas de Narnia y las de El Señor de los Anillos.

 

Son muchas escenas de combate, rayos, gigantes y portentos, pero sin apenas sentido estratégico o táctico, algo que las dos primeras películas de Narnia sí cuidaron mucho, por ejemplo.

En esta batalla, una auténtica guerra, mueren personajes de ambos bandos. Una malvada famosa será destruida por una madre que ha perdido a su hijo: demasiada magia letal, poca de mera contención.

 

Después de la batalla, pese a todo, la vida sigue. Los padres engendran hijos, y les transmiten lo mejor que pueden darles. Se honra a los grandes del pasado, se mantienen lazos intensos de comunidad. La muerte no es la última palabra.

VIDEO

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