Un nuevo fenómeno: los padres “sharent”

Por LaFamilia.info – 07.10.2013

La era digital ha marcado un cambio radical en muchos aspectos, entre ellos, el modo de interacción social.

Ahora, muchos prefieren expresarse a través de las redes sociales, y son éstas, las vías para comunicar emociones y acontecimientos de sus vidas, entre los que se destacan el nacimiento de los hijos, y su posterior desarrollo.

 

Es así como nace el fenómeno “oversharenting” (del inglés overshare y parenting) para referirse a aquellos padres que comparten en exceso fotos e información de sus hijos -incluso antes de que nazcan- a través de Facebook, Instagram, Flickr, entre otras. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de sobreexponer a los hijos? ¿Puede comprometer su seguridad? ¿Podría verse como una invasión a su privacidad?

 

Todo un fenómeno social

 

El Huffington Post publicó hace poco una investigación realizada en el Reino Unido por la compañía Posterista, la cual evidencia la rapidez con que actualmente los padres hacen debutar a los hijos recién nacidos en las redes sociales, el %74 de los padres reconoce haber posteado una foto de sus bebés a los 60 minutos, en promedio, de haber dado a luz.

 

La encuesta concluyó además que el 94% de los padres postean fotos de sus hijos, y el 64% lo hace tres veces a la semana, mientras que un 21% manifestó hacerlo tres veces al mes y sólo un 6% aseguró que nunca subiría fotografías de sus hijos a las redes sociales. Facebook es el medio favorito con un 77%, seguido de Instagram con un 48% y Flickr, con un 32%.

 

La investigación, realizada a 2.367 padres de niños de cinco años o menos, también incluyó las razones para compartir las imágenes: mantener informados a amigos y familiares lejanos (56%), expresar el amor por los hijos (49%), un lugar ideal para almacenar recuerdos (34%), grabar los primeros años de los niños (28%) y presumir que sus fotografías son mejores que las de otros padres, con un 22 por ciento.

 

¿Qué consecuencias podría tener el “sharing”?

 

Es natural y completamente lógico querer expresar la felicidad que genera un hijo; es uno de los acontecimientos más significantes y felices que puede vivir una persona. Obviamente todo el desarrollo de los hijos, también se convierte en una emocionante aventura que los padres quieren compartir con los demás, y las redes sociales facilitan esa tarea. Sin embargo, hay un límite y cuando se supera, ante los ojos de muchos, se trata de una sobreexposición que puede tener consecuencias negativas.

 

Algunos especialistas afirman que este comportamiento de los padres, puede quitarles privacidad a los hijos, y consideran que hay ciertos acontecimientos que deberían quedarse en la intimidad de la familia.

 

De igual forma, también hay de por medio un asunto de seguridad. “La mayoría de fotos o comentarios sobre las ocurrencias de los niños provocan sonrisas y lluvias de ´me gusta´ en Facebook y otros tipos de redes sociales, pero los expertos advierten de que las consecuencias de esta huella digital para esos niños son impredecibles por lo que hemos de ser extremadamente cautelosos cuando vayamos a compartir cualquier imagen.” aconseja el portal Padresonones.

 

¿Y cuando crezcan?

 

Francisca Maira, directora ejecutiva de la Fundación QuéVeo de Chile, asegura que los padres rara vez se preguntan qué pasará con ese contenido cuando los niños crezcan. “Podría ser una generación en la que la identidad se difunda en la red y sea muy vulnerable al juicio del resto”, señala.

 

Para Maira, es importante anticipar consecuencias y discernir si esta exposición generará mañana un punto en contra cuando los papás quieran frenar ciertos comportamientos de sus hijos. “Si nosotros fuimos capaces de publicar la vida de nuestros niños incluso antes de que nacieran, publicando incluso sus ecografías en las redes sociales, ¿tendremos autoridad para prohibirles una foto que juzgamos inadecuada?”, cuestiona.

 

Tomar precauciones

 

Es normal que cada logro de los hijos sea un motivo para gritarlo a los cuatro vientos, pero lo importante es saber la justa medida, sin exagerar la actividad en las redes sociales y guardar un poco de reserva, también por seguridad.

 

Hay que revisar las condiciones de privacidad de las redes sociales, pues suelen cambiar con regularidad, y lo más importante es que todo lo que se publique sea privado, es decir qué sólo los amigos puedan tener acceso a esa información, pues no queremos que extraños conozcan nuestras vidas, lo que nos sucede, a dónde viajamos, cómo es nuestra casa, lo que les gusta a nuestros hijos, etc. “Aunque pensemos que estamos compartiendo anécdotas con nuestros familiares y amigos cercanos, en realidad estamos compartiéndolo con mucha más gente.” anota el portal padresonones.es.

 

 

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