Por Anne K. Fishel / The Digital Family - 30.03.2015

 

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Enseñar modales en la mesa solía ser una actividad de crianza bastante sencilla. Los padres decían a sus hijos que no hablaran con la boca llena, ni pusieran los codos sobre la mesa, o que permanecieran sentados hasta que todos habían terminado de comer. Conocían las reglas y las impartían. Pero hoy en día los padres tienen que lidiar con un nuevo conjunto de modales en la mesa – los relacionados con la tecnología.


Muchos padres tienen dos conjuntos de normas para la tecnología en la mesa. De acuerdo con nuestras encuestas realizadas entre más de 300 padres, por The Digital Family, sólo el 18 % permiten que sus hijos utilicen la tecnología en la mesa, mientras que casi el doble de éste número de padres creen que está bien que utilicen sus teléfonos y pantallas en la mesa.


Pero, en lugar de entrar en una discusión sobre si la tecnología en la mesa es un hecho inevitable o la ruina de la vida familiar, demos un paso atrás. Después de todo, los modales en la mesa que realmente importan son los que nos ayudan a conectarnos con los demás. Es por eso que reprender a los niños por quitar sus codos de la mesa parece mucho menos importante que insistir en no interrumpir cuando alguien está hablando. Si nos fijamos en el uso de la tecnología a través de este lente tal vez podamos ofrecer una perspectiva más matizada:


Cuando la tecnología en la mesa compite con la conversación o nos hace sentir que no tenemos toda la atención cuando hablamos, la tecnología no debe tener lugar en la mesa. Pero, ¿qué decir de las veces que mejora la conexión? “Hey, mira esta foto de la clase hoy?” o, “quiero leer un divertido texto que recibí de tu tía”. En otras palabras, si la tecnología puede ser compartida en la mesa, quizás haya un lugar. Quizás tan sólo un pequeño lugar.


Hago lo que yo digo y hago lo que hago. En otras palabras, intente cumplir los mismos modales de tecnología que usted espera que sus hijos sigan. Si por ejemplo, se adhiere a una política de "ninguna tecnología", significa mantener los dispositivos digitales en modo silencioso y fuera de la mesa durante la hora de comer. Lo que va a ser difícil para un adolescente resistir el comprobar si un pitido o un ring indica que un mensaje acaba de entrar. Pero si todos están de acuerdo con la política, todos se adhieren a ella.


Como familia, deben decidir respecto a las normas de uso de la tecnología en la mesa. Por ejemplo, que todo el mundo deje sus celulares en la puerta, en el armario o en una cesta. O por el contrario su familia puede decidir que reserva el derecho de usar las funciones de búsqueda para resolver las controversias que surjan en la mesa.


Como en muchas áreas de la vida moderna, el uso de la tecnología supera nuestra comprensión científica de la misma. Puede haber algunas buenas razones para utilizar tecnología en la mesa. Algunos podrían argumentar que jugar a un videojuego en la mesa podría alentar conversaciones o que la posibilidad de compartir un correo electrónico interesante podría poner a su familia al día sobre un conflicto que se está teniendo con un colega. Tal vez, cuando se permite a los adolescentes utilizar la tecnología en la mesa, son más propensos a compartir las dudas que tienen sobre lo que están compartiendo en Facebook. ¿Y qué hay de los beneficios de hablar por Skype con los abuelos que viven en otra ciudad o país, durante una comida?


Sin embargo, tampoco podemos ignorar las posibles desventajas. Si bien no hay demasiada investigación sobre los efectos a largo plazo de mensajear en la mesa, hay varios estudios sobre otra pantalla; la TV. Ver televisión durante la cena, que ocurre en aproximadamente la mitad de las familias americanas, se asocia con una mayor ingesta de calorías y un menor consumo de frutas y verduras. Tenemos la tendencia a comer más mientras vemos la televisión porque ponemos menos atención a las señales de saciedad.


No tenemos suficientes datos para responder la pregunta de cómo juegan los efectos de pantallas más pequeñas en la mesa, pero no hay sustituto para las conexiones que surgen de la interacción cara a cara al compartir una comida en familia. Y tener un doble estándar respecto a la tecnología para los padres y los niños no va a mejorar esas interacciones.


*Anne K. Fishel es profesora de Harvard, y autora del libro Home for Dinner.

 

Traducido por Andrea París con autorización de Anne K. Fishel. Publicado originalmente en The Digital Family y reproducido por Protege tu Corazón.

Alianza Lafamilia.info y el Instituto de La Familia U.Sabana
24.11.2014

 

La tecnología puede contribuir a la unión entre padres e hijos, si aprendemos a usarla. La palabra clave es responsabilidad.

 

Dicen los padres: “Los hijos ya vienen con un chip especial, un chip tecnológico”. ¿Será verdad que las nuevas generaciones tienen en su ADN un ‘chip tecnológico’? Y de ser así, ¿Qué podemos hacer como padres de familia para acompañarlos y guiarlos dentro de este mundo tecnológico?

 

¿Nativos o inmigrantes digitales?

 

Es un hecho, todos interactuamos con variedad de dispositivos tecnológicos pero muchos desconocemos los principios básicos de su funcionamiento; nuestra relación con ellos se reduce a la simple manipulación del celular, los videojuegos, la tableta, el horno, el televisor…

 

Para los expertos, la manera como los adultos y los niños perciben la tecnología, la exploran, la entienden y dominan, es diferente. Las nuevas generaciones, en su concepto, tienen mejor disposición y capacidad para acercarse a ella, indagar su funcionamiento y aprender a utilizarla con naturalidad y eficiencia.

 

Esa diferencia en la disposición y capacidad es la que los especialistas califican como ‘nativos digitales’ e ‘inmigrantes digitales’. Así pues, los jóvenes de hoy no pueden aprender como los jóvenes de ayer, porque son diferentes sus cerebros y su cultura. Lo que es un indicador para que actores y sectores, como la escuela tradicional, deban incorporar nuevas formas de socialización, entretenimiento y educación.

 

Los nativos, también conocidos como N-GEN (Generación en red, ‘net en inglés’) o D-GEN (Generación digital), han nacido y se han formado utilizando la particular ‘lengua digital’ de juegos por ordenador, video e internet. Por el contrario, los inmigrantes, somos aquellos que por edad no hemos vivido tan intensamente ese aluvión, pero –obligados por la necesidad de estar al día– hemos tenido que formarnos con toda celeridad en ello. (Prensky, 2010).

 

Por ello, los inmigrantes creemos que la tecnología nos ha tomado ventaja; que no tenemos nada que hacer y estamos lejos de orientar a los nativos en su uso y manejo. Y bajo ese parámetro, creyendo que no hay posibilidades, hemos dado espacio a una brecha digital en la cual se crían los ‘huérfanos digitales’.

 

Y si como inmigrantes creemos que no tenemos posibilidades y que el mundo bit es solo para los jóvenes, entonces ¿cómo ofrecer espacios, momentos, vivencias adecuadas a lo que los nativos esperan y quieren?

 

No lo hacemos, porque creemos que el solo hecho de que estén ‘conectados’ todo el día, ya los hace competentes… pues resulta que no. Una cosa es manipular y otra muy distinta es comprender. Así planteado, este universo está llevando a que los jóvenes se dividan en ‘competentes’ y ‘dependientes. Los primeros, saben lo que hacen, por qué lo hacen y para qué; los segundos, simplemente comunican, chatean, envían, descargan, pero como un acto mecánico e inconsciente.

 

Solos, sin control, sin reglas, con aparatos desde que nacen (algunos obsequiados por sus propios padres), estas generaciones están clasificando como ‘huérfanos digitales’ que viven y respiran TIC y son observados desde lejos por sus padres, quienes impávidos se sienten impotentes. Pero podemos hacer mucho.

 

Autor: Juan Camilo Díaz Bohórquez, profesor e investigador, Instituto de La Familia, U. de La Sabana

 

Artículo editado para LaFamilia.info. Tomado de la revista "Apuntes de Familia", edición 25-09/14, Instituto de La Familia, Universidad de La Sabana.

Si desea informarse más para comprender y acompañar a su hijo, este libro es de gran ayuda:“Televisión, familia e infancia, estrategias y planes de acción”, autor: Juan Camilo Díaz Bohórquez

LaFamilia.info
17.10.2011

 

Otra modalidad de intimidación escolar que se hace presente en las generaciones de niños y adolescentes. Se trata del uso de las nuevas tecnologías para ejercer el acoso sicológico entre iguales. Una problemática que deben afrontar padres, profesores, niños y adolescentes de hoy.

 

Los insultos y agresiones que antes tenían lugar en el salón de clases, ahora se han trasladado a la web, convirtiéndose en escenario del hostigamiento entre pares. Y las investigaciones así lo corroboran. La Universidad de Navarra realizó un estudio con 21.000 chicos de 10 a 18 años en varios países latinoamericanos, en el cual un 12% de los consultados admitió haber sido objeto de alguna práctica de acoso cibernético, y un 14% dijo haber participado como hostigador en situaciones de este tipo.

 

¿De qué se trata?

 

Cuando hablamos de ciberbullying no hacemos alusión a las situaciones donde están involucrados adultos; pues en este caso, tanto acosadores como víctimas hacen parte de la población infantil y adolescente.

 

Se dice que hay una situación de ciberbullying cuando un menor atormenta, amenaza, chantajea, hostiga, humilla, insulta o molesta a otro mediante las redes sociales, chats, SMS, consolas de videojuegos u otras tecnologías que permiten la interacción entre usuarios. Normalmente los episodios de ciberacoso –como también se le puede llamar- suelen estar ligados a situaciones de acoso en la vida real, aunque sus formas de manifestarse son diferentes.

 

La gravedad de este tipo de bullying que se desarrolla en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), recae en las consecuencias de este hostigamiento; pueden ser iguales o más delicadas que las que acontecen en el acoso escolar, debido a la capacidad de difusión que tienen las nuevas tecnologías.

 

A este respecto, la iniciativa Internetsinacoso.com explica: “Cuando se publica o envía información con la intención de herir a una víctima de acoso en la red, ésta se difunde de forma inmediata de manera que resulta imposible cuantificar el alcance de la agresión y cuántas personas están participando en ella. El problema se acrecienta de forma muy importante y resulta muy difícil eliminar dicha información, lo que hace que perdure incluso una vez desaparecida la voluntad del agresor de acosar”.

 

El anonimato es otro punto de cuidado, puesto que el abusador con ayuda de la tecnología, puede ingeniárselas para encubrir su identidad y dificultar su detección. Por obvias razones, estas características hacen del ciberbullying, una situación compleja en cuanto a su prevención y abordaje.

 

¿Cómo se manifiesta el ciberbullying?

 

El portal Ciberbullying.com presenta las formas que adopta este hostigamiento, donde además aclara que son muy variadas y sólo se encuentran limitadas por la pericia tecnológica y la imaginación de los menores acosadores. Algunos ejemplos concretos podrían ser los siguientes:

- Colgar en internet una imagen comprometedora, (real o efectuada mediante fotomontajes) datos delicados, cosas que pueden perjudicar o avergonzar a la víctima y darlo a conocer en su entorno de relaciones.

 

- Abrir un grupo en una red social con un propósito específico en contra de la víctima, como por ejemplo: “Razones para odiar a…” o “Vota por la más fea”.

 

- Crear un perfil o espacio falso en nombre de la víctima, en redes sociales o foros, donde se escriban a modo de confesiones en primera persona determinados acontecimientos personales, demandas explícitas de contactos sexuales, entre otros.

 

- Dejar comentarios ofensivos en foros o participar agresivamente en chats haciéndose pasar por la víctima de manera que las reacciones vayan posteriormente dirigidas a quien ha sufrido la usurpación de personalidad.

 

- Dar de alta la dirección de correo electrónico en determinados sitios para que luego sea víctima de spam o de contacto con desconocidos.

 

- Usurpar la clave de correo electrónico para, además de cambiarla de forma que su legítimo propietario no lo pueda consultar, leer los mensajes que a su buzón le llegan violando su intimidad.

 

- Provocar a la víctima en servicios web que cuentan con una persona responsable de vigilar o moderar lo que allí pasa (chats, juegos online, comunidades virtuales…) para conseguir una reacción violenta que, una vez denunciada o evidenciada, le suponga la exclusión de quien realmente venía siendo la víctima.

 

- Hacer circular rumores en los cuales a la víctima se le suponga un comportamiento reprochable, ofensivo o desleal, de forma que sean otros quienes, sin poner en duda lo que leen, ejerzan sus propias formas de represalia o acoso.

 

- Enviar mensajes amenazantes por email o SMS, perseguir y acechar a la víctima en los lugares de Internet en los se relaciona de manera habitual provocándole una sensación de completo agobio.

 

¿Qué pueden hacer los padres?

 

Se ha evidenciado que los menores acosados no informan a los adultos de lo que les ocurre, por eso es fundamental crear un ambiente de confianza en la familia donde los hijos puedan acudir a sus padres ante sucesos como estos. 

 

Los expertos explican además la importancia de que los padres tengan presencia en las redes sociales donde están sus hijos, así podrán estar de cerca y vigilantes de lo que les sucede a los chicos y será más fácil conocer la realidad que ellos viven.

 

Como medidas educativas, la familia debe propender por brindar a los hijos la formación del carácter, incentivar la seguridad en sí mismos y promulgar una sana autoestima, elementos que serán de gran soporte en el momento que se llegase a presentar una dificultad como es el bullying.

 

No está de más, las normas en casa para controlar el uso de los aparatos y darles a los hijos el criterio de hacer un buen uso de esta herramienta.

 

Alianza LaFamilia.info y el Instituto de la Familia U.Sabana - 16.03.2015

 

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¡Cuidado! Una vez publicado en internet, cualquier contenido es tan confidencial como si lo contáramos por la megafonía de un estadio de fútbol.

 

Discreción, honestidad y prevención, son tres principios clave para navegar sin riesgos y aprovechar de manera productiva todo lo que nos ofrece la sociedad digital.


En las últimas dos décadas, gobiernos de todo el mundo se han esforzado en impulsar en sus respectivos países el desarrollo de la llamada “sociedad de la información”. Este impulso ha tenido un componente básicamente instrumental: el objetivo principal ha sido poner al alcance de las personas las tecnologías necesarias para actuar en el nuevo mundo interconectado. Para apoyar ese desarrollo tecnológico, se han promovido sucesivas campañas de alfabetización digital, orientadas a capacitar a los ciudadanos en el uso de esas tecnologías.

 

Aunque grandes zonas del planeta siguen necesitadas de políticas e inversiones para impulsar su desarrollo digital, lo cierto es que la fase de implantación de las tecnologías puede darse por cumplida: ya vivimos en un mundo plenamente interconectado. La “aldea global” descrita por McLuhan se ha convertido en una realidad.

 

Restan dudas, sin embargo, de que los ciudadanos hayamos aprendido a manejarnos en este escenario no tanto con la necesaria destreza, sino como con la imprescindible cautela. Utilizamos los aparatos y sus aplicaciones, pero no es tan seguro que entendamos los riesgos que nos acechan tras el uso desprevenido o confiado de esos recursos.

 

Comprobamos a diario que muchos internautas actúan con suma despreocupación a la hora de difundir contenidos en las redes. Da la sensación de que se creen en el mismo contexto de confianza y confidencialidad de una charla entre amigos. Y no es así. En absoluto. Por eso, urge que los ciudadanos aprendan a manejarse con inteligencia en las redes. Hace falta un nuevo esfuerzo de aprendizaje, más allá de lo meramente instrumental.

 

Las personas, en su desempeño en la red, deberían incorporar las pautas de actuación que caracterizan a los periodistas profesionales. No son técnicas muy complejas. En realidad, se trata de tres simples reglas de sentido común. Tres virtudes, si se quiere:

 

La primera es la discreción: es una obviedad, pero a la vista de la despreocupación con la que tantas personas distribuyen contenidos sensibles en la red, es necesario repetirla: hay que tener cautela con todo lo que se publica en internet. Aunque nos parezca lo contrario, la red es un territorio tan indiscreto que, si uno quiere que algo no se sepa, es mejor que ni lo piense. Cualquier mensaje distribuido por internet, al margen de lo que en él se diga, deja rastros de cuándo, dónde y quién lo creó. La simple elección de un tema o el uso de cierto término en un mensaje digital pueden señalar a una persona. En este último año (2014), hemos sabido que gobiernos y grandes corporaciones de internet se dedican sistemáticamente a rastrear e interpretar nuestros contenidos. No solo los que difundimos públicamente, también los mensajes supuestamente privados. Ante semejantes prácticas, más vale que manejemos cualquier contenido personal con máximo sigilo.

 

La segunda pauta es la honestidad: Cuando un periodista informa, se espera de él que respalde su información con fuentes solventes y que no presente como propio el contenido ajeno. De manera análoga, al actuar en internet, cualquier persona debería aportar evidencias de lo que sostiene y debería reconocer a quien corresponda la autoría de los contenidos que comparte.

La tercera es la prevención: Los periodistas –los buenos, al menos– siempre se preguntan: ¿Es esto cierto? ¿Quién y qué lo respalda? Proceden así para no propalar bulos infundados. Por tanto, la mejor forma de evitar disgustos es no difundir informaciones sin confirmar. Las personas que publican contenidos en internet harían bien en seguir este mismo ejemplo.

 

Los peligros en este nuevo mundo interconectado existen. Es necesario, por tanto, tomar precauciones. Sin embargo, no magnifiquemos los riesgos; son muchos más los beneficios de estar presente y activo en la red. Vivimos en una nueva sociedad, donde la gestión inteligente de las redes se ha convertido en una cualidad esencial para cualquier ciudadano, ya sea en su esfera personal o en la profesional. Aprender esos principios para el uso productivo y responsable de la red es la clave hacia la que debe tender nuestra segunda alfabetización digital.

Artículo editado para LaFamilia.info. Tomado de Apuntes de Familia, edición 26-12/14. Autor: Ramón Salaverría. Profesor de Periodismo en la Universidad de Navarra.

 

 

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Por LaFamilia.info - 18.11.2014 

 

ask

 

Ask.fm es una red social que diariamente crece en popularidad entre los adolescentes; el problema es que se ha convertido en un medio para hacer «bullying», de hecho ha ocasionado varios suicidios de menores.

 

Facebook, Twitter e Instagram, son plataformas con las que ya nos hemos familiarizado, sin embargo, hay otras que los niños y jóvenes usan hoy en día y que sus padres ni siquiera saben de su existencia. Una de ellas es Ask.fm, una red social que representa peligros inminentes.

 

A finales del año 2013, se presentó en Gran Bretaña el suicido de Hannah Smith [1], una joven de 14 años quien se quitó la vida tras sufrir constantes presiones e insultos a través de Ask. Este primer suceso prendió las alarmas de las autoridades, pero a los pocos días, surgió el caso de la niña norteamericana Rebecca Sedwick de 12 años [2]. Y la cosa no para ahí, ya son varias las víctimas fatales a causa de Ask [3] y aún no se toman medidas para su control; incluso crece su popularidad, no sólo en Europa y Estados Unidos, sino que también ha llegado a los adolescentes de América Latina, lamentablemente con gran aceptación.

 

Cómo funciona Ask.fm

 

Su dinámica consiste en hacer y contestar preguntas. Los usuarios pueden preguntarle a otro lo que quieran, sin embargo, el mayor peligro se concentra en el hecho que pueden interactuar de forma anónima: “Esta posibilidad ha sido aprovechada por muchos para hablar de temas de los que no hablarían de frente, y para escribir comentarios amenazantes, groseros y abusivos que se convierten en ciberacoso.” explican desde el portal de EnTicConfio.

 

Ask.fm también lo utilizan para generar rumores o simplemente para agredir a otros. Sin embargo, hay comentarios de mayor hondura como: “¿Por qué no estás muerto?"; "Deberías morir"; "Espera un minuto, ¿por qué sigues vivo?"; "Ve a quitarte la vida".

 

“Es imposible comprender cómo otro ser humano, mucho menos un niño, puede enviar tales mensajes de odio a otra persona, pero según el alguacil del condado de Polk, Grady Judd, en Florida, Estados Unidos, estos mensajes son bastante reales.” Escribe Kelly Wallace, corresponsal digital de CNN [4].

 

Los adolescentes quieren sentirse aprobados

 

Sabemos que la adolescencia es una etapa que reclama a gritos atención y aprobación de sus pares. Y las redes sociales pueden ofrecerles eso; a través de éstas logran esa atención que tanto desean para alimentar una seguridad interior que es débil y vulnerable.

 

El Dr. Javier Miglino fundador de Bullying Sin Fronteras explica que estos sitios tienen éxito porque los chicos sienten algo así:

 

- «Esto es genial. Alguien me hizo una pregunta. Alguien se tomó el tiempo de visitar mi perfil... Le puso 'me gusta' a mi foto y me dejó un comentario». “Pero ese mismo golpe de adrenalina puede volverse un torbellino de insultos, amenazas e inducciones al suicidio” advierte el Dr. Miglino.

 

Cómo evitar el ciberacoso en Ask.fm

 

Cada vez hay más niños y jóvenes que son agredidos en esta red social. Es urgente tomar medidas, al menos en lo que en casa respecta. Las siguientes son recomendaciones que brinda la iniciativa “EnTicConfío” para compartirlas con los hijos y prevenir una situación desafortunada:

 

  • - No compartas información privada. Números telefónicos, dirección de tu casa, nombre de tu colegio, entre otros.
  • - En la sección de “Privacidad”, habilita la opción de “No mostrar mis respuestas en la sección En Directo”, de esta manera tu perfil será más reservado y tendrá menos atención.
  • - Utiliza las opciones de privacidad para deshabilitar las preguntas anónimas y controlar con ello el contenido que recibes.
  • - Si te hacen preguntas que consideras inapropiadas o abusivas, no reacciones, no des respuesta. Toma 5 minutos, y aléjate del móvil o computador mientras vuelves a un estado de calma.
  • - Si te sientes mal por algún contenido que estás recibiendo, conversa con un adulto cercano y entre los dos encuentren la mejor forma de solucionar la situación.
  • - Usando la “x” que encontrarás en la esquina derecha de cada mensaje que recibas, podrás bloquear a los usuarios que dan un uso irresponsable e irrespetuoso de Ask.fm. Las personas que bloquees automáticamente harán parte de la “lista negra”, puedes acceder a ella en la pestaña de configuración, y luego en privacidad.
  • - Si bloqueas a un usuario, responde los motivos que Ask.fm pregunta: ya no quiero recibir más preguntas de este usuario, este usuario es spam, utiliza lenguaje odioso, tiene una conducta violenta o dañina, o publica contenido sexual explícito. Respondiendo a estas opciones ayudarás a fortalecer el control del sitio.
  • - Si eres testigo de comentarios de ciberacoso, recuerda: no participes, no lo fomentes, y no lo respondas.

Además de las anteriores, sugerimos que los menores de 17 años no deberían acceder a esta red social, además la supervisión de un adulto es necesaria en esta y otras redes, puesto que la mayoría de las veces los menores no pueden afrontar estas situaciones de la mejor manera, necesitan que sus padres los acompañen, les hablen de los peligros y estén al tanto de su actividad en el mundo virtual. “El mantenerte al margen puede ser la diferencia entre el bienestar y el malestar de tu hijo/a o algo inmensamente peor.” Sugiere el Dr. Miglino.

 

Referencias bibliográficas:

[1] Piden el boicot a Ask.fm tras la muerte de una menor que era acosada en esta red social
[2] Rebecca Ann Sedwick, 12 años, se suicida por acoso en Internet
[3] Piden el cierre de Ask.fm por ola de suicidios
[3] Chica italiana de 14 años se suicida tras sufrir cyberbullying
[4] Padres: ¡cuidado con el 'bullying' en estos sitios web y aplicaciones!

 

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ABC.es
18.08.2014

 

Facebook ha remitido a ABC una serie de consejos a padres que deseen orientar a sus hijos adolescentes a configurar una cuenta segura, o para aquellos jóvenes que desean mejorar la seguridad.

 

 

Paso a paso

 

Ser selectivos: Facebook apunta que aunque parezca obvio se puede ser selectivo con la información que se muestra en el perfil. En esa configuración entran las fotografías. Facebook explica paso a paso cómo restringir un perfil, que muchas veces está de modo público sin que el usuario sea consciente de ellos.

 

«En Facebook existe la opción 'Actualizar información' en la barra azul del menú, para editar tu nombre e información básica, como información de contacto, trabajo, formación e intereses. Asegúrate de que la privacidad está siempre configurada para 'Amigos', y no para 'Público'». Hay más opciones, cómo «Amigos excepto conocidos» o «Sólo yo». Recomiendan también que en las publicaciones nunca se de una información personal como el correo, dirección o número de teléfono.

 

«En este mismo sentido, puedes ayudar a ajustar la Configuración de Privacidad haciendo clic en el ícono con el candado que aparece en junto al botón 'Inicio', y a continuación en el menú desplegable, haciendo clic en Configuración de Privacidad. Aquí podrás ayudarle a cambiar las opciones de privacidad establecidas por defecto para la publicación de fotografías o actualizaciones, y controlar si se muestra la cuenta cuando se hacen búsquedas públicas. Nota: NO olvides informarle de las opciones de Biografía y Etiquetado. Asegúrate de que las etiquetas están restringidas a 'Amigos' para que solo sus amigos puedan ver las fotografías publicadas por el adolescente», explican desde Facebook.

 

Notificación de inicio de sesión

 

Hay una opción de seguridad que Facebook recuerda a los padres de adolescente y a los jóvenes, la de Aprobación de Inicio de Sesión y Notificación de Inicio de Sesión. Ambas se activas desde la Configuración de Seguridad.

 

¿Qué son? «Mediante las notificaciones de inicio de sesión, Facebook envía un mensaje si se accede a la cuenta desde una nueva ubicación. Las aprobaciones de inicio de sesión son similares a las notificaciones de inicio de sesión, pero van un paso más allá. Si se activan las aprobaciones, deberá introducir un código de inicio de sesión cada vez que acceda a la cuenta de Facebook desde un nuevo ordenador o teléfono móvil. Una vez se haya accedido, existe la opción de poner un nombre al dispositivo y guardarlo en la cuenta», explican.

 

Una vez que el dispositivo está registrado como reconocido, ya no será necesario introducir un código. «También se envía un mensaje de correo electrónico con confirmación de que se ha iniciado sesión desde un dispositivo no reconocido, para conocer -en caso de que esto ocurra- cuándo y dónde se ha iniciado la sesión».

 

Facebook apunta a los padres que la mejor forma de garantizar la seguridad de los hijos en las redes sociales es hablando de ello. Señala que se debe hacer de la misma forma en que se le indican consejos de seguridad vial o del comportamiento en el colegio.

 

«Una forma de empezar esta conversación es preguntarle al mismo adolescente las razones por las que redes sociales son importantes para él/ella. También puedes pedirle que te enseñe a configurar tu Biografía en Facebook para entender cómo funciona. Es importante mantener una conversación sobre la información adecuada (y no adecuada) para compartir en la Red. Pregúntale sobre la configuración de privacidad y proponle repasarla juntos a menudo», explican.

 

Cómo usar los Contactos de Confianza

 

Facebook tiene estudios que apuntan que los adolescentes suelen compartir sus contraseñas. Lo hacen por si olvidan la clave o para que les ayuden en caso de no poder acceder. A los padres no les agrada esta opción, ya que a esa edad las amistades no son tan sólidas y se pueden producir equivocaciones. Hay una opción de Facebook que permite a los usuarios compartir un código para poder recuperar la cuenta con ayuda de sus amigos. Se llama Contactos de confianza. En este caso no hay necesidad de compartir contraseñas.

 

Funcionamiento: «Si añades un contacto de confianza, este puede recibir un código de seguridad con instrucciones para ayudarte si pierdes la contraseña. Cuando tengas tres códigos de seguridad de tus contactos de confianza, puedes introducirlos en Facebook para recuperar la contraseña. Esta opción elimina la necesidad de recordar las respuestas a preguntas de seguridad o de rellenar largos y molestos formularios en la web»

 

Cómo configurar los Contactos de confianza: «Consejo: elige y gestiona los contactos de confianza en cualquier momento a través de la Configuración de Seguridad, no sólo cuando tengas problemas para acceder a tu cuenta. Así puedes elegir personalmente a los amigos que realmente piensas que te pueden ayudar y se les facilitará más información en el proceso para que les sea más fácil ayudarte. Una vez configures tus contactos de confianza, Facebook les enviará una notificación para que estén preparados y ayudarte en caso necesario. Para hacerlo ve a la Configuración de Seguridad y selecciona entre tres y cinco amigos para ser tus contactos de confianza».

 

La red social señala que hay que ser muy cuidadosos a la hora de seleccionar. Recomiendan pensar en el proceso como si fuera a otorgarles las llaves de la casa a alguien. Lo más adecuado es que sea un amigo que pueda localizar en persona o por teléfono. No recurra a «amigos de Facebook».

 

Más de este tema:
¿Sabe qué hacen sus hijos en Internet?
Niños en la web: hace falta más control de los padres
Hijos y tecnología: 7 principios que les debes enseñar

M. J. Pérez Barco, ABC.es – 23.02.2015

 

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Una de las mayores preocupaciones de los padres de hoy son los riesgos que sus hijos corren en las redes sociales, una herramienta que precisamente tiene un tremendo éxito entre los adolescentes. De hecho, el 72% de los chicos de 11 a 14 años que tiene un smartphone accede a redes sociales desde él, según un estudio que ha realizado Protégeles. Y una de las redes que más triunfa a esas edades es Instagram, donde ya no sólo se intercambian imágenes y videos, sino mensajes de todo tipo: desde un comentario inocente, hasta un examen o los deberes del instituto. Es inevitable que los adolescentes deseen participar en estas redes, por eso es importante conocerlas y darles criterios para su buen uso.

 

Conscientes de que resulta vital hacer un uso responsable de las redes sociales, Instagram ha publicado Instagram Help Center. Se trata de una guía para que los padres sepan manejarse en esta red social y prevenir los posibles riesgos que corre su hijo. En ella han colaborado entidades de protección de la infancia como Connectsafely y Protégeles. Hay consejos técnicos por ejemplo para saber hacer la cuenta privada; o explica cómo compartir el contenido que tienes en Instagram a través de otras redes sociales (Twitter, Facebook....); o cómo bloquear a alguien que te molesta; o cómo borrar fotos o vídeos que se han publicado...

 

Estos son algunas de las recomendaciones que contiene este decálogo:

 

1. Instagram establece los 14 años como la edad mínima para usar el servicio. Antes de esa edad, el menor debe tener permiso de los padres para crear una cuenta. Pero realmente no existe ningún control, porque Instagram no pregunta a los usuarios qué edad tienen. No obstante, si constata que es menor de 14 elimina la cuenta.

 

2. Si vas a publicar una foto en la que aparece otra persona, asegúrate de que no le importa que lo hagas o que la etiquetes.

 

3. Cuando publiques algo piensa cómo afecta a otras personas.Incluso un amigo que no aparece en una imagen se puede disgustar por sentirse excluido.

 

4. Piensa si quieres que se conozca dónde se obtuvo la foto o el vídeo que deseas compartir en Instagram. Para ello existe la función «Añadir al mapa de foto» que permite conocer dónde ha hecho una imagen. Hay que tener muy claro si la queremos tener activada o desactivada.

 

5. Reflexiona sobre lo que publicas ya que te representa. Y lo que se publica en internet es prácticamente imposible de borrar. Por eso, es importante pensar que dirá de ti en el futuro lo que publiques ahora.

 

6. Usa una contraseña segura y no la compartas con nadie.

 

7. Piensa bien con quién compartes lo que publicas. No sólo se comparte una foto con todos los seguidores, sino que también se puede especificar quién podrá verla.

 

8. Ignora los mensajes que aparecen en ola en la carpeta de solicitudes.

 

La guía se puede descargar gratuitamente aquí

 
Por LaFamilia.info
 

Foto: Freepik

 

El sedentarismo que predomina en los niños y jóvenes de esta época, es hoy un tema de preocupación. Los expertos advierten de los peligros de un estilo de vida en el que la actividad física ha sido desplazada por los videojuegos y demás “gadgets” tecnológicos.

 

Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud señala que casi un tercio de los niños del mundo son sedentarios. Esto se debe en gran parte, a que cada vez los niños y adolescentes dedican más horas a las pantallas (tabletas, computadoras, móviles, televisión, consolas…) y menos a las actividades donde está de por medio el ejercicio físico. Por desgracia, este fenómeno está contribuyendo al aumento de la obesidad y a la aparición de enfermedades como diabetes y estrés a tempranas edades.

 

Beneficios del deporte

 

El ejercicio es fundamental en los niños y más aún en los adolescentes. En la infancia la actividad física permite fortalecer los músculos y huesos, beneficia el crecimiento, controla el peso, disminuye el riesgo de padecer diabetes, libera energía lo que ayuda a mejorar la concentración en los estudios y también favorece la calidad del sueño.

 

El Dr. Milton Mazza, médico especialista en actividad física, explica en un artículo publicado por la revista Diabetes al Día que “los estudiantes sanos y físicamente activos son más propensos a estar más motivados académicamente, ser atentos y exitosos. Igualmente, la competencia física desarrolla la autoestima a cualquier edad.”

 

En la adolescencia, el deporte juega un papel prioritario, puesto que en este periodo de ajuste hormonal, el ejercicio resulta ser un liberador de la ansiedad y energía. Además el deporte promueve un estilo de vida sano y por eso mismo previene que los jóvenes caigan en adicciones.

 

Más allá de los tantos beneficios para la salud física y mental, el deporte también brinda lecciones para la vida como por ejemplo aprender a ganar, a perder y a trabajar en equipo; refuerza valores como la solidaridad, la disciplina, el esfuerzo, la persistencia para lograr las metas, entre otros.

 

La personalidad y el ejercicio

 

Según explica el Dr. Mazza es importante que los padres entiendan las preferencias deportivas de sus hijos de acuerdo a su personalidad; “las características de la personalidad, la genética y la habilidad atlética se combinan e influyen en la actitud de un niño con respecto a su participación en deportes y en otras actividades físicas, particularmente a medida que se hacen mayores”. El especialista describe tres tipos de personalidad y su relación con el deporte:

 

  • El que no es deportista. Este tipo de niño puede que no tenga habilidad atlética o el interés necesario, o ambos.

 

  • El deportista promedio. Este tipo de niño está interesado en el deporte pero no es una estrella en el deporte y corre el riesgo de sentirse inferior en un ambiente atlético competitivo.

 

  • El atleta. Este tipo de niño tiene la habilidad atlética, está comprometido con un deporte o una actividad y probablemente invierta tiempo en practicar y en ser competitivo.

 

Si el padre comprende el concepto de los tipos de temperamento y forma física, será más fácil ayudarle al hijo a que encuentre las actividades adecuadas y además se sienta a gusto con ellas. “Un niño atleta, por ejemplo, querrá ser parte del equipo de fútbol mientras que el deportista promedio querrá solamente jugar con la pelota en el jardín o en el garaje de su casa. El niño que no es atleta probablemente necesite la ayuda y la motivación de los padres para hacer ejercicio o deporte. Esa es la razón por la que es importante motivar y dar el ejemplo a los niños a que permanezcan activos aunque no sean los mejores en un deporte determinado.” Puntualiza el Dr. Mazza.

 

Independiente de la personalidad del hijo, hay que aclarar que todos los niños deben ser físicamente activos. De la actitud de los padres depende en gran parte que los niños y jóvenes desarrollen el gusto por el deporte.

 

¿Qué tanto los motivas?

 

Si en la familia no se promueven hábitos de vida sana, será muy difícil que los hijos lo aprendan por fuera de este entorno. De ahí la necesidad de animarles desde pequeños a realizar actividad física, proveerles los medios para que dediquen tiempo diario al ejercicio, mostrar una actitud positiva, darles ejemplo y presentar el ejercicio como una opción divertida para tener una mente sana en cuerpo sano. Igualmente habrá que controlar el tiempo que los hijos dedican a los pasatiempos electrónicos.

 

Por LaFamilia.info
31.03.2014

Algunos padres subestiman los peligros que hay en la web, permitiendo que sus hijos tengan acceso desde tempranas edades y sin normas de uso. No obstante, numerosos estudios demuestran que los niños y adolescentes presentan comportamientos inadecuados en la web a escondidas de los adultos.

 

Ya sea por desconocimiento, porque no han tomado conciencia aún de los alcances nocivos que puede tener Internet, o porque creen que a los hijos de los otros les puede pasar algo -pero a los propios ¡jamás!-, los padres, en muchos casos, están fallando por omisión a esta importante asignatura.

 

Víctor Solano, consultor en comunicaciones y catedrático de la Universidad Javeriana cree que la gran mayoría de los padres no saben lo que hacen sus hijos en Internet. “Muchos se desconectan de lo que es la experiencia de los menores en Internet y toman posiciones de distanciamiento, donde son radicales. Algunos creen que sólo cuando ellos están es que sus hijos se conectan; otros desconocen los intereses de ellos a la hora de conectarse y los subvaloran.” Declara en un artículo de ElPaís.com.co

 

Es por tanto una preocupación que no nace de simples percepciones, comentarios o creencias populares, sino de los numerosos estudios que evidencian la situación. Las cifras hablan por sí solas:

 

  • - Casi el 80% de niños y adolescentes navega en solitario [1].
  • - El 25% de los adolescentes encuestados, confesó haberse reunido con gente que conoció por internet. Y sus padres jamás lo supieron [2].
  • - El 55% de papás no se da cuenta de qué hacen sus hijos en internet y mucho menos con quiénes interactúan en ese mundo virtual [2].
  • - 8 de cada 10 menores reportaron haber sido testigos virtuales de burlas, ofensas, acosos y aislamientos sociales hacia otras personas en las redes sociales [2].
  • - Casi el 80% de los menores recibieron preguntas sexuales mientras navegaban y de ese porcentaje, a la mitad se le pidió que se desnudara frente a la cámara.
  • - ¿El resultado? Uno de cada tres chicos lo hicieron, así como el 10% de las mujeres [3].
  • - En cuanto a la pornografía: El 12% de todas las páginas web del mundo está dedicado a esta actividad. La edad media de la primera exposición de un niño a la pornografía es a los 11 años. El 25% de los adolescentes ha sido expuesto a la pornografía sin buscarla. El 90% de niños y el 70% de niñas entre los 13 y los 14 años han tenido acceso a la pornografía por lo menos una vez en el último año y el 35% de niños dice haber tenido acceso a la pornografía tantas veces que no pueden contarlas [4].

 

Control paterno: una necesidad 

 

Ni prohibir ni darles vía libre, la mejor opción es educar a los hijos para que hagan un uso adecuado de las nuevas tecnologías y por supuesto ejercer control paterno, el cual consta de las siguientes acciones:

 

Monitorear la actividad virtual. Revisar el historial de navegación, los perfiles de los hijos en las redes sociales, las interacciones o conversaciones, las personas con las que interactúan, las fotos que publican, etc.

 

Limitar los tiempos de uso. Un menor no debe permanecer todo el tiempo conectado, máximo dos horas al día recomiendan expertos. (Niños no deben pasar más de dos horas en internet, asegura la psicóloga infantil, Sandra Herrera).

 

Informarlos y capacitarlos. Los hijos deben conocer información de primera mano (los padres) sobre los peligros a los que están expuestos y cómo deben actuar en caso que algo ocurra.

 

Filtros de seguridad. Son buenas ayudas aunque no se debe confiar sólo de ellos, pues no son suficientes.

 

Comunicación permanente. Establecer un diálogo cercano y amoroso. Crear un vínculo de confianza con los hijos, hará más efectiva la educación y prevención de situaciones de riesgo.

 

Adicional a las anteriores, seguir las recomendaciones que brindamos en el artículo: Hijos y tecnología: 7 principios que les debes enseñar

 

El Internet representa una gran cantidad de beneficios y oportunidades, pero al mismo tiempo, supone unos riesgos a los que niños y adolescentes son vulnerables. Por eso se requiere el acompañamiento y educación por parte de los padres, buena parte del trabajo está en sus manos.

 

Fuentes consultadas

[1] Estudio ´La Generación Interactiva en Iberoamérica 2010. Niños y adolescentes ante las pantallas´, publicado por el Foro Generaciones Interactivas y Fundación Telefónica (Ver).

[2] Estudio ‘El uso de internet y el bienestar social en los adolescentes’, de la facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana – Año 2014 (Ver).

[3] Estudio realizado por la agencia europea Communication Association (Ver).

[4] Protege tu Corazón, ´La pornografía está buscando a tus hijos´ (Ver).

 

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