LaFamilia.info - 20.01.2008

El hogar es toda una empresa donde se tienen que administrar diferentes fuentes de ingresos, gastos e imprevistos. Pero para hacerlo exitosamente, se necesita que los cónyuges establezcan de común acuerdo las reglas que regirán la economía de su hogar y le den la importancia que se merece para lograr el máximo rendimiento.

Aunque no es una tarea fácil, manejar el hogar como una empresa  puede traer a la familia grandes satisfacciones. Si se es organizado con las finanzas y el ahorro, habrá más posibilidades de que los miembros de la familia se beneficien en áreas como recreación, educación, deporte, cultura y salud.

Sin embargo es necesario contar con las habilidades de ambos cónyuges y las de los hijos, quienes pueden aportar  excelentes ideas, para lograr éxito en los planes que se tracen. Al determinar quién de los cónyuges es el mejor para las finanzas y quién puede administrar el dinero con mayor eficiencia, se pueden distribuir las responsabilidades. Eso sí,  la buena comunicación y una total transparencia son vitales en el éxito de esa empresa llamada hogar.

Las áreas de atención

En el hogar no se trata de tener o no tener, de gastar o ahorrar. Los bienes materiales son sólo medios para ayudar al proceso de la perfección de la persona y en el tipo de convivencia de la familia que busca alcanzar la felicidad y el bien común.

El secreto está en saber administrar los bienes y el dinero. Por esto, como en toda empresa, el hogar tiene diferentes áreas a las que hay que prestarle atención. Estas son las principales:

  • Área administrativa
  • Área financiera y legal
  • Área de salud e higiene
  • Área de educación
  • Área de planeación del tiempo libre
  • Área de relaciones públicas
  • Área de compras
  • Área de nutrición
  • Área de mantenimiento

En cada una de estas áreas debe haber planeación tanto en el presupuesto como en la ejecución. Por ello es importante hacer de la planeación un hábito familiar. Al tratarse de una pequeña empresa, debe haber apoyo incondicional en la estrechez, así como alegría y satisfacción al conseguir los logros soñados por ambos cónyuges para su familia.

En muchas ocasiones se ha visto cómo matrimonios aparentemente sólidos y armoniosos sufren dificultades, angustias y fricciones por no poner en claro sus objetivos económicos, y por carecer de una buena comunicación que les permita  manejar las cuentas claras.

Pautas para planeación

La regla de oro es entradas = salidas. Por ello se debe saber cuáles son los ingresos de la familia y cuáles lo gastos.

Lo segundo es establecer cuáles son los gastos fijos y cuáles los gastos variables. En los momentos de crisis, se deben reducir los gastos variables, y se evalúa que gastos fijos no son imprescindibles, hasta definir qué porcentaje del presupuesto está comprometido con los gastos fijos.

Estas son algunas pautas para tener en cuenta en la economía familiar:

  • El pago de la vivienda (alquiler o cuota) no debe exceder el 25% de los ingresos.
  • Si le queda dinero para ahorrar, es mejor que lo haga a principio de mes. Lo ideal es el 10% de su salario.
  • Al hacer mercado, siempre lleve lista y aténgase a ella.
  • La deuda es una herramienta que debe utilizarse de manera inteligente, pues de lo contrario puede salirse de sus manos.
  • Si puede, cancele mensualmente sus saldos por uso de tarjetas de crédito.

Si se debe pedir dinero prestado, averigüe todo lo relacionado con el préstamo, incluyendo tasas de interés, honorarios y multas por pago atrasado o pago por adelantado.