La preocupación de muchos padres en cuanto a temas financieros, recae en el alto costo de la educación superior de los hijos, como ocurre en algunos países.
No obstante, hay varias opciones que ayudan a contrarrestar tal angustia, previendo esta situación que algún día llegará. Sin duda alguna, estas medidas anticipadas dan tranquilidad a los padres, permitiéndoles disponer de los recursos económicos necesarios, una vez llegue el momento del ingreso a la universidad.
Cuando se piensa en el futuro económico de la familia, inmediatamente vienen a la mente las posibilidades monetarias que certificarán el bienestar y el progreso de la misma. Pese a tener los mejores deseos y emprender una lucha por lograrlo, existe la posibilidad de que las circunstancias cambien desfavorablemente, perjudicando así la formación académica de los hijos. Es por esto, que tomar acciones preventivas cuando las condiciones lo permiten, minimizará los riesgos y será una decisión sabia que nunca será motivo de arrepentimiento.
Aunque parezca extraño, el mejor momento para ahorrar con este fin, es cuando los hijos están muy pequeños, pues así tomará las características de un ahorro a largo plazo, el cual supone unas cantidades mínimas que lo hacen mucho más llevadero.
Por tanto, para que el ingreso de los hijos a la universidad no sea un tormento en relación a su costo monetario, hay que pensar en algunas estrategias previas que brindarán un respiro económico después; algunas opciones para evaluar:
Seguros educativos
Varias empresas del sector financiero y de seguros, ofrecen una excelente alternativa para estos casos, como es el sistema de inversión para pre-pagar la educación superior. Funciona como un plan de inversión para la educación universitaria, que garantiza, sin importar el costo de la matrícula en el futuro, el pago total de los estudios del beneficiario. La recomendación es que se adquiera desde el nacimiento del hijo, pues la edad del beneficiario influye directamente en el costo de los planes (a mayor edad, más altas las cuotas). Adquirir seguros de este tipo, elimina para los padres la tremenda incertidumbre sobre los costos que tendrá una buena educación en el futuro.
Ahorro programado
Los esposos pueden integrar a su presupuesto mensual una suma determinada para comenzar a recolectar el dinero que solventará el estudio de los hijos. Cada quien dependiendo de sus ingresos y egresos, establecerá una suma fija que deberá ser cumplida a cabalidad.
Una cuenta de ahorros desde pequeños
Para evitar gastar este dinero ante situaciones imprevistas, se sugiere abrir una cuenta de ahorros a nombre de los chicos y allí depositar mensualmente una suma determinada. La mayoría de las entidades bancarias prestan este servicio y también ofrecen modalidades de rentabilidad. Este plan se ha convertido en una especie de alcancía modernizada en donde los fondos recaudados están de modo seguro, para que en el día de mañana podamos ver a los hijos como todos unos profesionales.
Becas o auxilios económicos
Los gobiernos y diferentes instituciones educativas, buscan promocionar el estudio en las nuevas generaciones. Por eso las becas o auxilios gestionados con suficiente tiempo, serán una gran ayuda para los padres.
Enseñarles a ahorrar
Si bien los padres son los principales responsables de las finanzas familiares, los niños también pueden aportar su “granito de arena”. Una vez comiencen a recibir su mesada, se les puede enseñar a destinar parte de ésta al ahorro, dejándoles en claro su finalidad como es asegurar sus estudios académicos para cuando sean mayores.
La educación, como el activo más valioso que se puede heredar a los hijos, merece toda la atención posible, cualquier medida que se adopte, será un paso adelante que generará muchas satisfacciones.
Fuentes: cuentas-bancarias.es, globalseguroscolombia.com, grupohelm.com, abcdelbebe.com