Soñamos con un techo propio para nuestra familia, un lugar donde puedan crecer los hijos, donde haya cabida para albergar los lazos de amistad, donde sea refugio de momentos felices.
Este es uno de los sueños más deseado en el mundo entero, y por lo general su consecución es el resultado de esfuerzo y trabajo -lo hace aún más anhelado-. Además es una de las mayores inversiones que enfrenta cualquier familia.
Por las anteriores razones y otras más, la compra de la vivienda no es un asunto para tomar a la ligera, es necesario informarse debidamente y analizar con “cabeza fría” los pros y los contras de cada opción.
Conozca cuáles son los principales puntos que se deben tener en cuenta a la hora de dar este importante paso.
Primer punto: Definir el presupuesto
Este es el primer asunto y tal vez el más significativo para realizar la compra de la vivienda. Significa evaluar la capacidad de endeudamiento partiendo de los ahorros acumulados, los ingresos y los gastos tanto presentes como futuros.
No es aconsejable extralimitarse y adquirir bienes que sobrepasan las posibilidades económicas de cada quien; pues la idea es tomar una decisión, que si bien representa responsabilidad, no debe prever angustia.
Por tanto, tener las cuentas claras permite realizar una inversión acorde a las condiciones reales.
Segundo punto: Establecer las necesidades
Depende de los requerimientos de cada quien; algunos prefieren una buena ubicación, para otros prevalece la antigüedad de la vivienda y para otros el mayor atributo a elegir es el área.
De esta manera, se sugiere hacer el ejercicio de realizar una lista de prioridades, con base a ella establecer en cuáles se está dispuesto a ceder y en cuáles no. Este será el mapa que permitirá tomar una decisión basada en las necesidades de la familia.
Tercer punto: Pensar a futuro
Aspectos como el presupuesto y la adaptación a las necesidades de cada quien, son los primeros criterios a evaluar cuando se realiza una compra de residencia. Sin embargo existen otros asuntos claves que algunas veces son ignorados y que comprometen el futuro del bien a adquirir, como son: los costos de mantenimiento de la residencia, las posibilidades de valorización de la inversión, el valor de la póliza de seguro, la proyección del sector o los planes de infraestructura que afectarán la vivienda en el largo plazo. Todo esto le permitirá determinar si además de cumplir sus expectativas, está haciendo una inversión conveniente.
Cuarto punto: Convertirse en todo un experto
En medio de este proceso el comprador debe empaparse del tema inmobiliario para poder tomar una decisión basada en el conocimiento. Por consiguiente se deben estudiar las ofertas que hay en el mercado, los precios en que oscilan los inmuebles de similares características, las obligaciones del comprador y del vendedor, los impuestos a cancelar...
Si es un proyecto inmobiliario que se encuentra en planos o en fase de construcción, es importante informarse ampliamente sobre la empresa constructora -trayectoria, obras realizadas, reputación en el mercado, solidez económica, atención a los clientes, entidad bancaria que respalda la obra-. Todo esto con el fin de evitar toparse con una compañía ficticia o en déficit que ponga en riesgo el capital del comprador.
Recuerde que entre mejor informado esté, mayor será el sentimiento de tranquilidad frente a la inversión a ejecutar.
Quinto punto: Todo en regla
Cuando finalmente se ha hallado la vivienda de los sueños, hay que revisar que todos los requisitos legales se encuentren en regla y al mismo tiempo estén acordes a lo pactado. De ahí que leer con detenimiento cada componente del contrato de compraventa, sea una tarea minuciosa que ojalá cuente con la mirada de un abogado que respalde al comprador. Una vez firmado el contrato, no hay vuelta atrás.
Del mismo modo, en las viviendas usadas, es preciso asegurarse de que los impuestos y el pago de los servicios públicos estén al día. Asimismo que no tenga embargos o problemas legales que afecten al inmueble.