7 razones para combatir el porno y 11 pasos para superar esa adicción

ReL – 25.10.2019


Foto: Freepik 

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha difundido en video una de sus charlas animando a todos a organizarse y luchar contra la pornografía.

El Obispo brinda ideas prácticas para avanzar en esta lucha y destaca que incluso medios de prensa hedonista reconocen que vivimos una epidemia de adicción que daña a las personas. 

«Quizá hemos pasado de hablar del sexo como tabú, a tener una especie de complejo y no poder hablar con libertad de la castidad», señala el obispo. Pero hemos llegado hoy a «una gran batalla, la de la presencia invasiva de la pornografía en nuestra cultura, que tiene más importancia de la que podemos llegar a pensar».

Lo novedoso hoy es que «empieza a hablarse ahora en medios como La Vanguardia y El País de las adicciones a la pornografía, pero es poco teniendo en cuenta la extensión del problema».

Munilla cree que «antes de hablar de la fuerza de voluntad hay que tener claro el sentido, las razones por las que la pornografía no es buena».

7 razones para el combate

1. Afecta a personas, hablamos de seres humanos

Estamos hablando de personas, dijo, «esto no es un juego». No es «virtual» sólo porque se usen pantallas. «Hay antiguas estrellas porno, las llaman, liberadas, que cuentan testimonios conmovedores, de los abusos que han sufrido, de tendencias e intentos de suicidios… son personas con madre, con hermanas. 

2. El porno daña y mata al amor de pareja

En estudios de Inglaterra y EEUU el 25% de los divorcios aducen que la pornografía fue la causa que mató su matrimonio. Munilla cree que sería más a nivel latente. El índice de divorcio en personas que consumen pornografía es el doble en hombres y en triple en mujeres.

3. El porno daña las relaciones sexuales reales

Crece el número de casados que prefiere la pornografía a las relaciones sexuales reales con su cónyuge. A nivel mundial, dice, se constata que en los últimos 15 años tanto los matrimonios como las parejas tienen menos relaciones sexuales. «Estando la pornografía presente, uno ve la entrega sexual como un reto de ‘a ver si voy a estar yo a la altura’. Con esos modelos uno se acompleja, ve la sexualidad como unas ensoñaciones irreales obsesivas». «(…) Los estudios modernos constatan que con la adicción a la pornografía se genera miedo a la entrega sexual real».

4. La pornografía distorsiona la forma en que hombre y mujer se miran

«Con el porno, la otra persona es un klinex, un pañuelo de papel de usar y tirar, un instrumento para la gratificación personal. San Juan Pablo II decía que lo contrario del amor no es el odio, es la utilización». Utilizar es peor que odiar, porque al utilizar consideras que el otro es una cosa.

5. La pornografía nos hace egoístas y nos roba la alegría

«La dinámica de la pornografía te hace ver la realidad como ‘algo de donde sacar provecho'», explica el obispo. Es narcisismo: usar a la gente. Pero al final la conciencia sigue actuando y el resultado es un mundo triste y amargado.

6. El porno se agrava con el tiempo: esclaviza, rompe límites

«Ya no pilotas tu vida y del amor libre pasas al sexo esclavo», afirma. Lo ilustra con un artículo titulado «¿Qué tendrá que ver El Señor de los Anillos con mi lucha contra la pornografía?», de Matías Conocchiari, que le parece muy descriptivo de lo que sucede.

«Ese hechizo que creemos que nos dará la felicidad o el refugio, cual anillo único. Ese «Anillo Único» que nos hace aparentemente invisibles y nos da un instante de gozo a costa de nuestra propia muerte o a costa de quedar a merced de ese señor oscuro que todo lo ve. Porque cuando te metes con el anillo único de la pornografía, no te das cuenta al principio, pero con el paso del tiempo quieres pasar más tiempo con él, como si fuera lo único que existiera en la «tierra media» de tu vida», lee.

Y añade: «Incluso puedes llegar a ser capaz de sacrificar amigos, hermanos, trabajo, la propia vida, como le sucedió al buen Smeagol. Convertido, transformado y ultrajado por el anillo, hasta convertirse en un ser irreconocible: Gollum. Un ser egoísta, solitario, cuyo destino fue una continuación de su propia vida: andar sin rumbo, hipnotizado por el anillo».

7. Luchamos para que el Espíritu Santo viva en nosotros

No hay nada más grande que ser templo del Espíritu Santo, insiste el obispo. Hay que saber disfrutar el gozo de la presencia de Dios en la vida. Solo cuando esta presencia sea gratificante nos ayudará a romper con lo que impide su presencia.

Munilla señala que hay razones naturales y sobrenaturales contra la pornografía y que no se contradicen. Santo Tomás de Aquino decía que el pecado es algo que «ofende a Dios y hace daño al hombre».

11 consejos prácticos para combatir la pornografía

Después el obispo propone 11 consejos prácticos para combatir la pornografía. Y los consejos empiezan por la parte espiritual. «Uno no puede luchar contra un cáncer con aspirina». Se necesita algo fuerte, y lo más fuerte es Dios.

1. Recurre a Dios, la oración, los sacramentos (confesión y eucaristía)

«Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra Satanás. No puedes ir contra Satanás con tres consejillos de terapia psicológica. Necesitarás estar fuerte con medios sobrenaturales», advierte.

2. Haz un compromiso solemne, por escrito, y renuévalo

«Vivimos bombardeados de pensamientos, un día digo una cosa, otro la contraria, las palabras han perdido valor… por eso ciertas cosas hay que decirlas solemnemente y puestas por escrito y renovarlas en fechas claves. ¡Autentifica tu querer, exprésalo, dilo!»

3. Tu dormitorio, sin acceso a la tentación

Es necesario expulsar pantallas y otros objetos de tentación, para que nuestro lugar de descanso sea un santuario seguro.

4. Apasiónate con hobbies y disfrutes sanos

«El Señor nos ha dado una psicología tal que, si no se disfruta con cosas buenas y sanas, buscará escapes malos», avisa el obispo. Propone una «perseverancia comedida». Es sano ir al gimnasio, pero no lo es engancharse desmedidamente al gimnasio buscando salir de otra adicción.

5. «Ejercítate en la mortificación»

Consiste en saber desprenderte de cosas que te apetecen, es algo que se puede entrenar cada día, para aprender a ganar control de uno mismo. Es aprender a controlar la apetencia.

6. Discierne cómo usas la tecnología

Si un aparato o uso da más males que vienes, si mides cuánto pasas en cada aplicación y servicio, hay que limitarlo o rechazarlo. Hay nuevos dispositivos que quizá no necesitas. 

7. Sirve al prójimo, y crece en el olvido de ti mismo

«Nuestra cultura está marcada por el narcisismo. Al servir al otro, uno gana en sanación. Vale el que sirve».

8. Busca ayuda: ¡solo no!

«En Estados Unidos enseguida buscan recursos y ayudas, pero en nuestra cultura tenemos tendencia a la privacidad y a no buscar ayuda. Y así es muy difícil salir de una esclavitud».

9. Organízate el día y la vida: agenda y horario

«Si estás ‘a la que salga’… eso es peligrosísimo, necesitas un orden de vida y una agenda».

10. Sé paciente, constante, perseverante

«Vence el que persevera. Es una batalla a muerte. Si a la primera, segunda o tercera contradicción te rindes… si actúas solo por amor propio no serás perseverante. La perseverancia es un don de Dios. Solo Dios da ese don y hay que mendigalo, pedirlo».

11. Aprende a vigilar la tiniebla en tu corazón

¿Vas a la cama triste, rabioso, celoso, etc…? El corazón en tinieblas será fácilmente asaltado. Dice Jesús en el Evangelio: «al ver las nubes, dirás: «chaparrón tenemos». Hay que estar atento, prevenir, prepararse.

*Publicado originalmente en ReL

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