¿Dios tiene un plan para la sexualidad?

Almas.com.mx / 26.07.2010
 

A lo largo de la historia, el hombre, se ha cuestionado el sentido y fin último de la vida, de la existencia, del tiempo, del amor, del bien y el mal, y también de la sexualidad.

Sobre todo pareciera que últimamente, más que cuestionarse otras cosas, se cuestiona sobre la sexualidad. Basta con ver los grandes avisos en las avenidas, los comerciales en televisión, abrir cualquier revista y encontrar algo sobre la sexualidad.

Desafortunadamente no buscamos información sobre sexualidad con el Creador de la misma, sino con otros aprendices que sólo tienen “verdades a medias”, por no decir “mentiras completas”. Que incluso nos hacen pensar que Dios no tiene nada que ver con la sexualidad y creemos que “otros” pueden tener una mejor explicación de la misma.

Pero no es así, podemos ver actualmente dos posturas extremistas y equivocadas sobre la sexualidad:

  • En un extremo se encuentra la postura hedonista y utilitarista en donde el único objetivo es satisfacer los impulsos y los sentidos, lo más importante es el placer y la gratificación física, y el que YO me sienta bien. Lo más grave de esta postura es reducir a las personas a simples objetos sexuales y medios de bienestar.
  • En el otro extremo nos encontramos con la postura que ve la sexualidad como un tabú, como algo que causa vergüenza, que es sucio e indigno, y que solamente se puede tolerar, para la procreación, algo así como un mal necesario.

Ambas posturas son equivocadas, ya que la concepción recta de la sexualidad (por llamarla de una forma), es la que la da su justo valor como un don de Dios, dado al hombre para hacerlo co-partícipe de la creación por medio de la fecundidad que surge de la entrega de amor esponsal entre el varón y la mujer.

La sexualidad va de acuerdo con el plan de Dios cuando respeta sus dos fines: Unitivoy Procreativo.

 

Unitivo: es decir, cuando la sexualidad es un medio para expresar amor. Por ejemplo los esposos cuando ejercen su sexualidad, es un acto de entrega y por tanto es bueno y lícito, que gocen del placer que la relación sexual conlleva. De hecho este placer físico también es una capacidad que Dios ha dado al hombre y que tiene como fin la unión de los esposos.

 

Procreativo: quiere decir que estar abierto a la vida. Tener la conciencia de que el amor en sí mismo es fecundo.

En este sentido la sexualidad en sí misma no puede considerarse como algo “malo”, por el contrario, desde su origen proviene de Dios y por naturaleza es BUENA; incluso por estar unida a la fecundidad podríamos llamarla sagrada. Sin embargo, no debemos olvidar el hecho de que por la naturaleza caída del hombre y como consecuencia de pecado original, la sexualidad cuando no es correctamente entendida y no está encausada e integrada en el amor, puede llegar a convertirse en una ocasión de pecado, es decir, puede lesionar la relación de amor entre Dios y el ser humano. Pero vale la pena recordar que aunque “la carne es débil” todo hombre posee la facultad de la libertad, la voluntad y la inteligencia que le permiten vivir la sexualidad conforme al plan de Dios.

 

Si tenemos alguna duda sobre el plan de Dios para la sexualidad, podemos tomar como guía el sexto y el noveno mandamiento de la ley de Dios, para que de esta manera descubramos que la sexualidad es parte de nuestra naturaleza, es una forma de ser persona y que el acto sexual, exclusivo del matrimonio, es un regalo de Dios para el amor, que por si fuera poco lleva implícito el don de la fecundidad. Por lo tanto, la sexualidad es BUENA por que nos asemeja a nuestro Creador, nos hace ser realmente imagen de a un Dios que AMA y que da VIDA.

ALMAS (Asociación de Laicos por la Madurez Afectiva y Sexual, A.C.)

 

 

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