La acción erosiva del sol, el viento y los cambios de temperatura, así como la calefacción y el aire acondicionado, son los mayores causantes de la resequedad de la piel. Por esto es importante que después de las vacaciones le preste atención a piel y le devuelva su hidratación natural. Para ello es aconsejable elegir cremas hidratantes que la revitalicen o someterla a un tratamiento de hidroterapia.
Las cremas hidratantes producen una revitalización de la piel a través de dos acciones distintas: Primero, limpian y humectan los sectores resecos. Luego, logran que vuelva a tener su humedad natural.
Aunque la piel se rehidrata continuamente, el inconveniente se presenta cuando no tiene agua acumulada para hidratarse. Otro de los factores que produce desecación es el paso de los años, por lo que al envejecer hay que cuidar más seguido la piel y su humectación. A parte de esto, la acción de los jabones y detergentes empeora este problema.
Cuando la piel se reseca y no puede hidratarse por sí misma, se forman una cantidad de células muertas, partículas de polvo y otras impurezas que no permiten una correcta respiración de la piel. Por esto se debe realizar una limpieza profunda para quitar toda célula muerta y así aplicar posteriormente la crema hidratante.
Por qué usar cremas
El uso de cremas hidratantes tiene sentido porque incrementa la elasticidad y consistencia de la última parte de la epidermis, y así la estética de la piel. Las cremas se componen de unas sustancias que toman las moléculas de agua que se encuentran en el aire y las almacenan sobre la capa córnea.
Estos productos hidratantes deben tener un refuerzo de Vitamina A y E. De esa manera, no sólo se reestablecerá la humectación de la piel, sino también el brillo y lucirá más resistente. No hay que olvidar que el agua es el principal elemento hidratante de la piel. Por eso, resulta indispensable.
Las bondades de la hidroterapia
También es posible restablecer la humectación normal de la piel aplicándose baños de inmersión por medio de la hidroterapia. El agua es un elemento curativo con propiedades terapéuticas para combatir el insomnio, el estrés, la mala circulación, etc.
¿Cuándo utilizar agua caliente o fría? El agua caliente relaja el cuerpo en general y actúa sobre los poros de la piel en particular. Además mejora la circulación sanguínea. El agua fría disminuye el diámetro de los vasos sanguíneos, limitando la congestión y expandiendo los tejidos. Luego, los vasos se abren y los tejidos se llenan de sangre rica en oxígeno. Si se alterna frío y calor, se da una mayor circulación, aumento del drenaje y oxígeno en los tejidos.
Para mejorar la piel, es bueno realizar baños de inmersión agregando aditivos de suero de leche y salvado. Los aditivos son absorbidos por la piel y por las vías respiratorias.
Alimentos que mantienen la piel hidratada
Una piel sana es reflejo de bienestar y salud. Para lograrlo se debe llevar un régimen moderado de alimentación, que sea rico en vitaminas y minerales para ayudar a restaurar la piel. Se debe consumir un mínimo de 2 litros diarios de agua, de preferencia mineral o potable. No hay que olvidar que las gaseosas no están consideradas como sustitutos del agua natural por la cantidad de azúcares que contienen.
El consumo constante de frutas y verduras en la dieta diaria aporta un importante volumen de vitaminas y minerales que ayudan a conservar la elasticidad y la hidratación vital para la piel saludable. Dentro de las más importantes están:
La vitamina E: presente en vegetales de hojas verdes tales como la espinaca y la acelga, como también en el pescado, los huevos, frutos secos y los productos lácteos.
La vitamina C: presente en los frutos cítricos: naranja, limón, mandarina.
La vitamina A: presente en la zanahoria y en vegetales o frutos de color rojo, como el repollo morado.
Los polifenoles, sustancia antioxidante que ayuda a mantener una piel sana, la encontramos en la uva y los vinos elaborados a base de ese fruto.
El licopeno, antioxidante importante para la piel, presente en los tomates y la cebolla.
Lo que se debe evitar
Aunque aun no se ha comprobado, el consumo de grasas y azúcares en exceso en la dieta diaria de las personas producen un efecto negativo directo sobre la piel. Por ello se recomienda evitar en la medida de lo posible mantequilla, mayonesa y chocolate, debido a los altos niveles de grasas que llegan a la piel. El azúcar presente en las golosinas debe ser disminuida, así como la sal, debido a que el exceso de esta última nos produce retención de líquido, importante para mantener la piel hidratada.
Fuente: enplenitud.com, medicosecuador.com