Para nadie es desconocido que el agua es un alimento extraordinario para el cuerpo y esencial para la vida. Oímos a menudo que lo ideal es beber ocho vasos de agua, o dos litros al día. ¿Pero sabemos en realidad por qué es tan importante beber esta cantidad?
El agua constituye un 60% del peso corporal en los hombres y cerca del 50% en las mujeres. Parte de esta agua se pierde a través de la orina, la respiración y la defecación. Otra cantidad se pierde por la piel en forma de sudor, aunque a menudo esta sudoración es invisible. En condiciones normales se secretan entre 0,5 litros y 0,7 litros de agua a través del sudor, pero esta cantidad se multiplica cuando la temperatura exterior aumenta.
Por la orina expulsamos algo más de un litro diario, y a través de ella se eliminan toxinas resultantes del metabolismo, especialmente de la urea, la cual es el producto final de la degradación de las proteínas. Por ello, cuantas más proteínas incluya una dieta, más agua se requerirá para expulsar los desechos que ellas generan. Por otra parte, la pérdida de agua a través de la respiración y de las heces asciende aproximadamente a 0,4 litros.
Un adulto sedentario en un ambiente sin exceso de calor y humedad, requiere unos dos litros y medio de agua al día, que obtiene de tres fuentes: del líquido que ingiere, de los alimentos que consume, y del que produce dentro del organismo como consecuencia del metabolismo. Las frutas y vegetales son los alimentos que más agua contienen.
Cuidado con la deshidratación
De ahí la importancia de reponer el líquido que a diario perdemos en nuestro cuerpo a través de sus funciones naturales. Sin embargo con el sol y el calor sudamos más y, consecuentemente, la pérdida de líquidos se incrementa. Cuanto más líquido se pierde, más disminuye la capacidad del organismo para regular la temperatura.
Es importante tener en cuenta que no se debe esperar a sentir sed para tomar agua: la boca seca ya es síntoma de deshidratación, y el instinto de beber se pierde con la deshidratación progresiva. Calor, humedad y ejercicio físico son las condiciones idóneas para que aparezca un cuadro de deshidratación. Por ello, no hay que confiar en la sed y conviene beber regularmente de 8 a 10 vasos a lo largo del día. Una pérdida del 2% del agua corporal supone la pérdida del 20% de la energía física.
Efectos del agua
Beber de 1.5 a 2 litros de agua al día trae no solo bienestar y salud al cuerpo, sino que ayuda a prevenir enfermedades. Estas son algunas de sus propiedades curativas y preventivas:
- - Ayuda a la curación de cálculos de riñón, arenillas o infecciones urinarias.
- - Previene el envejecimiento temprano de la piel y otros órganos del cuerpo.
- - Ayuda a una mejor digestión y a la eliminación de lo que el cuerpo no necesita y expulsa a través de la orina y las heces.
- - Ayuda a eliminar la grasa y toxinas del cuerpo.
- - Previene la retención de líquidos, ya que cuando el organismo recibe poca agua interpreta esa señal como una amenaza contra su supervivencia y trata de retener hasta la última gota.
- - Ayuda a evitar el acné
No es cierto…
- - Que por tomar agua se retienen líquidos.
- - Que ir al sauna reduce de peso. En el sauna perdemos únicamente líquido que hay que reponer de inmediato. Además, mediante ese líquido se pierden también electrolitos y sales que debemos reponer. Lo mejor para ello es el zumo de frutas, especialmente el de naranja.
- - Que el agua engorda, pues su exceso se elimina. Pero, además, ¿ha pensado que si la ingerimos a 14 grados y la eliminamos a 37 grados, esto supone que hemos utilizado energía para calentarla? Se deduce entonces que el agua no sólo NO engorda, sino que adelgaza.
Fuentes: revista.consumer.es, cubiro.com, vaitman.com