El ambiente competitivo, las largas jornadas, el afán por el logro de resultados, las exigencias en cuanto a conocimientos, y otras numerosas situaciones incorporadas a los cargos profesionales en los últimos años, podrían ser las responsables de la aparición temprana de enfermedades y el incremento de las ya existentes.
Se especula que el ejecutivo de hoy en día, tiene a sus espaldas mayores exigencias que el de épocas pasadas, lo que podría explicar los quebrantos de salud de una parte importante de la población activa. A esto se le suma el sedentarismo que sobresale entre las generaciones modernas, debido a los horarios extendidos y a los avances tecnológicos que hacen que cada día haya menos necesidad de desplazarse para cumplir con las tareas propuestas. “Estar más de un tercio del día en una sola posición y frente a los aparatos electrónicos perjudica desde la vista hasta las articulaciones, pasando por una serie de alteraciones metabólicas que aumentan los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, principalmente.” explica el Dr. Salomón Cohen en un artículo publicado por CNN.
“Según la Organización Internacional del Trabajo, el 8% de los empleados trabaja más de doce horas diarias. En este sentido, se estima que existen más de 2.000 desórdenes asociados al ejercicio profesional.” añade el experto.
Pese a esto, no todas las personas llegan a desarrollar una enfermedad debido a su actividad laboral, pues son diferentes factores los que intervienen para que se presente la dolencia, como por ejemplo el tipo de personalidad, el grado de estrés que implique el trabajo, la resistencia para soportar jornadas extenuantes, las condiciones físicas y mentales, la tolerancia al trabajo bajo presión, entre otros.
Se trata entonces de un fenómeno que ha despertado el interés tanto de las organizaciones de la salud como de los gobiernos, dando como resultado varias investigaciones que revelan las enfermedades más comunes entre los profesionales actuales:
Dolores de espalda y cuello: suelen ser la piedra en el zapato de las personas que permanecen sentadas frente a un computador por largos periodos, y son la causa más frecuente de ausentismo laboral.
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, cada año millones de trabajadores se ven afectados por este tipo de trastornos de origen laboral. Se dice que sólo en el Reino Unido, se calcula que el dolor de espalda le cuesta a la sociedad alrededor de 14.000 millones de euros. El 93% de este dinero se debe a la reducción en la productividad de los trabajadores afectados, frente a sólo el 7% que consumen en gastos sanitarios directos (como fármacos, por ejemplo). *Datos publicados por el Diario El Mundo de España.
Parte de la solución, se encuentra en la adopción de medidas preventivas por parte de las empresas, como la adecuación de los espacios con soluciones ergonómicas, control de la postura, pausas activas, moderación del los horarios y apertura de espacios para la realización de ejercicio físico.
Estrés laboral: es cierto que pequeñas cantidades de estrés resultan benéficas, pero demasiado estrés pone en riesgo la salud y puede llegar a convertirse en una afección grave. De hecho, es el segundo problema de salud en la Unión Europea relacionado con el trabajo, tras el dolor de espalda, y afecta al 22% de los trabajadores. Los estudios indican que entre un 50% y un 60% de las bajas laborales guardan relación con el estrés, lo que representa de por si un enorme coste tanto en términos de sufrimiento humano como de perjuicios económicos. *Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
Los estudios señalan que el estrés laboral es causado por la inconformidad del empleado frente a las condiciones del trabajo, el contenido del mismo, la estructura de la organización, exceso de funciones, ambiente hostil, presión, falta de motivación, poca estabilidad, intimidación o acoso laboral, relaciones laborales deficientes, etc.
Frente a esta problemática, los esfuerzos de las compañías se deben concentrar en reducir el estrés produciendo un ambiente laboral armonioso, así como la apretura a canales de comunicación, creación de estímulos y balance en las tareas.
Trastornos gastrointestinales: cada vez son más los ejecutivos que padecen los síntomas de colon irritable, úlcera, gastritis, reflujo gastroesofágico, y se debe principalmente a la relación que guardan las funciones intestinales y digestivas con los estados emocionales, aunque no hay que olvidar que la alimentación también influye para que se produzca este padecimiento.
Obesidad y desórdenes metabólicos: más de uno de cada diez adultos de la población mundial era obeso en 2008, con un índice de masa corporal (IMC) de 30 kg/m2, en mayor medida las mujeres que los hombres. *Dato publicado por la Revista Consumer.
Tal como se expresó anteriormente, la poca actividad física, los horarios reducidos para la alimentación y las comidas rápidas o poco nutritivas, hacen más propensas a las personas de padecer sobrepeso, enfermedad que detona en otros padecimientos como diabetes, hipertensión, colesterol y problemas cardiacos. Por ello las continuas campañas que promueven la sana alimentación, el ejercicio físico y la evaluación constante de los niveles de presión y colesterol.
Síndrome del túnel carpiano: es una de las demandas más frecuentes por enfermedad laboral. Por lo general, se debe una combinación de factores que aumentan la presión en el nervio y los tendones de la muñeca. Se presenta cuando hay un uso continuo de teclado y mouse, que implican tener las manos en cierta posición.
Finalmente, ante todas estas enfermedades que no afectan sólo al empleado sino a la organización entera, es necesario que iniciativas como la responsabilidad social empresarial, recobren sus espacios y sean temas prioritarios en las empresas, las cuales deben intensificar sus propósitos para proporcionarle a sus empleados una buena calidad de vida, de esta forma se incrementará la productividad y la disposición de los trabajadores hacia sus empleos.