Alianza LaFamilia.info y el Instituto de la Familia - 10.08.2015

20151008v Foto: allfreedownload.com

La música se comprende con esa parte del espíritu con que se percibe el amor, que no es racional pero sí profundamente emocional; esa que, precisamente, nos hace más humanos.

Para nadie es un secreto el efecto que han producido desde tiempos inmemoriales las melodías y los ritmos musicales en el ser humano. Hasta los sonidos de la naturaleza influyen en su estado anímico, casi siempre proporcionándole sosiego. Y si la vemos como herramienta pedagógica, no hay duda que representa el mejor estímulo para despertar la creatividad y la imaginación en grandes y chicos.

No en vano los expertos señalan que las artes, incluyendo la música, juegan un papel importante en el mejoramiento de la calidad de vida de la humanidad. Gracias a ella, hoy se habla de ambientes ideales para fomentar la autoestima y promover el desarrollo social, emocional e intelectual.

El mundo le apostó a la ciencia y a la tecnología y ha logrando tan sorprendentes avances que no se detienen… pero curiosamente las facultades de música y los departamentos de arte se están llenando de gente joven.

Hay cientos de miles de niños y adolescentes formando orquestas, grupos corales y de baile, de teatro e infinidad de expresiones artísticas. Y Colombia no es la excepción. Aquí está naciendo una comunidad musical que día a día adquiere más y más fuerza y se está dejando escuchar. Este es el mejor indicador de que el ser humano necesita del arte para vivir.

Aquí, dos exponentes de esta cultura musical que comparten esas bondades que les ha reportado la música en sus vidas y cómo con ella han podido consolidar y planear un proyecto de vida ejemplar, lleno de experiencias enriquecedoras y, lo mejor, con la enorme fortuna de poder transmitir un conocimiento musical a muchos niños, adolescentes y adultos.

Maestro de coros Alejandro Zuleta Jaramillo

Profesor y director de la especialización en coros infantiles y juveniles, de la Universidad Javeriana, un programa social que enseña a maestros, muchas veces no de gran nivel musical, a formar coros infantiles y juveniles en sus respectivas regiones.

¿Qué ocurre con el cerebro humano cuando escucha música?

“Es muy difícil saber exactamente qué ocurre allí. Mientras el cerebro es inteligencia y la ciencia trabaja para tratar de entenderlo en su funcionamiento, logrando importantes descubrimientos, no ha ocurrido lo mismo con la música. Por ello se concibe como una manifestación del espíritu y así ha sido desde el origen del hombre, quien siempre ha bailado, ha cantado, ha creado y tocado instrumentos para producir sonidos.

Cuando hablo con mis alumnos de una obra, es necesario destacar ese enfoque racional que en efecto sí existe y que busca explicar lo que ocurre con el lenguaje de la música, esto es, los compases, su tonalidad, sus ritmos… pero cuando ya se comprende este lenguaje hay una parte nuestra que se tiene que dejar salir y expresar para que salga a flote ese espíritu individual y único que hace que exterioricemos nuestros sentimientos y las emociones que producen esas notas musicales. Esta parte es la que se llama inspiración, es esa magia que nos lleva a hacer lo que como músicos, como maestros de música o simplemente como una persona del común nos sintamos atraídos y no podamos apartarnos de ella”.

Leonardo Palacios Ortega: con 21 años y ya es director de coros

“Mi inclinación por la música nació desde muy niño, gracias a mis padres que me inculcaron el amor por ella. Desde los cuatro años y durante toda mi infancia fui alumno de Misi, Escuela de Teatro Musical y de la Escuela de Charito Acuña, quien me animó a formar parte del programa de canto infantil y juvenil de la Universidad Javeriana. Fue allí donde conocí al maestro Alejandro Zuleta, quien me hizo ver la posibilidad de llegar a ser director de coros. Un sueño que ya es realidad pues en mayo recibí mi título como profesional.”

El futuro de Leonardo sí que es promisorio. Le encanta el teatro musical y su sueño es llegar a dirigir e ir escalando en esta modalidad artística. “Estoy en eso y ya he dado pasos que, creo, son importante pues desde hace dos años trabajo en la Javeriana y en las Escuelas donde me formé, pero ahora como director de los coros infantiles y juveniles, y ya tengo mi propio coro: Nova Vox.”.

El consejo del maestro

“En todos los colegios debería haber una oportunidad musical para los niños y niñas, jóvenes y adolescentes. Esto es, un coro, una banda o un grupo musical; no importa el género, siempre y cuando se haga bien, con disciplina y orientación profesional.

Tanto los padres como los profesores deben escucharlos y respetar su gusto por la música. Ellos están en capacidad y tienen los momentos indicados para ver y descubrir talentos especiales o habilidades para tocar algún instrumento, para saber que tienen voz para el canto, para comprobar que les gusta hacer grupos con sus amiguitos y jugar a cantar o a dirigir. Es ahí donde se revelan las grandes fortalezas, habilidades y talentos en los hijos (en el hogar) y en los alumnos (en el colegio). De ahí la importancia de exponerlos al arte con el riesgo de que se queden en este maravilloso mundo”.

Las artes conectan al ser humano con el sentido de vivir y esto jamás lo dará el internet, ni el trabajo, ni la tecnología. 

Artículo editado para LaFamilia.info. Tomado de Apuntes de Familia, edición 16-06/12. Autor: Instituto de La Familia. Universidad de La Sabana.